Celos infantiles

Podemos definir los celos como el sentimiento de frustración, envidia o resentimiento que puede sentir, en este caso, un niño, al percibir, de manera real o imaginaria, que ha dejado de recibir la atención y afecto que desean o necesitan o que se ha disminuido la cantidad y frecuencia de éstos.
Existen diversas situaciones o acontecimientos que pueden desencadenar la aparición de celos
en el niño dentro de la familia:
  • El nacimiento de un hermano.
  • Las comparaciones o preferencias de los padres hacia los hijos.
  • La dependencia excesiva de un niño por uno de los progenitores.
Los celos se pueden considerar normales hasta los 4 -5 años o ante la llegada de un nuevo
hermano, pero si se prolongan en el tiempo pueden tener efectos perjudiciales sobre la personalidad del niño, sus estrategias de afrontamiento y su autoestima. Por esto, debemos, por una parte, prevenirlos y por otra, poner remedio cuando aparezcan.
Ante el nacimiento de un nuevo hermano podemos seguir las siguientes recomendaciones, de esta manera evitaremos o reduciremos los celos:
  • Preparar al niño para el nacimiento de un nuevo hermanito/a y le haremos saber que seguirá siendo querido de la misma manera.
  • Mantener los hábitos y rutinas lo más parecidos posible a antes de la llegada del nuevo hijo como las costumbres de acostarse, el momento del baño, normas de casa, etc.
  • Intentar no alejar demasiado al niño de su madre. Después del parto, los niños suelen pasar algunos días sin su madre, mientras está en el hospital, intentemos que la pueda visitar en el hospital y que no se sienta desplazad o del acontecimiento de los primeros días. Posteriormente, cuando ya estén en casa, la madre puede reservar 5-10 minutos diarios exclusivos para él o ella.
  • Por último, podemos hacerle partícipe de los cuidados del bebé, explicarle qué necesidades tiene, cómo las hace saber el bebé y qué hacemos para satisfacerlas. Así nuestro hijo entenderá sus necesidades y la razón por la cual el bebé necesita atención. No podemos delegar tareas en él, pero podemos fomentar que nos ayuden echando una mano en lo que les pidamos. El hecho de demandar su ayuda les hará sentirse responsables y estarán orgullosos de ayudar y cuidar a su hermano con lo que reducirá la visión del bebé como un rival.

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Otros consejos que debemos tener en cuenta cuando los hermanos ya son más mayores son
los siguientes:
  • No hacer comparaciones, cada niño es único y posee unas habilidades y capacidades o gustos diferentes por lo que no podemos compararlos.
  • Evitar favoritismos de los padres. A veces los padres caen en el error de demostrar favoritismos y/o mayor transigencia con alguno de los hijos, esto puede desatar una rivalidad que por sí misma podría no haber surgido.
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Sara Caballero

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