Equilibrio entre trabajo y familia

A muchos padres les preocupa el hecho de pasar poco tiempo con sus hijos porque en la mayoría de casos, o bien trabajan ambos progenitores o son familias monoparentales debido al incremento en el número de divorcios. En la gran mayoría de hogares, el trabajo ocupa una parte sustancial de nuestra jornada diaria y como consecuencia la vida en el hogar se acelera. Hay un drama alrededor del tiempo y es complicado equilibrar el ritmo de los hijos con el de los padres. Por la mañana, el niño necesita despertarse lentamente, volver a descubrir sus juguetes, más tarde desayunar; sin embargo el adulto tiene un sinfín de tareas (compra esto, lleva al niño al colegio, la comida del niño, friega el desayuno, recoge una prenda de la tintorería, lleva este papel a hacienda, visita a un amigo, recoge a tu madre o a tu suegra, etc.) y piensa en salir cuanto antes de casa ya que por el camino tendrá tiempo de realizar todo tipo de tareas. Para hallar la armonía entre estas dos necesidades se presentan algunos consejos:

  • Debemos de ser menos exigentes con nosotros mismos, pues no podemos dividirnos ni podemos estar en todo.
  • Debemos establecer prioridades, es decir tener siempre tiempo para las cosas primordiales como por ejemplo es más importante escuchar a nuestro hijo que recoger la casa.
  • La calidad de tiempo es aquella que nos concentramos absolutamente en nuestros hijos: leemos, paseamos, jugamos con ellos, además del tiempo que se estrechan vínculos con ellos, y también podemos realizar las tareas del hogar juntos.
  • Es un error intentar compensar el tiempo que no se ha pasado con ellos comprándoles regalos, dulces, juguetes, etc. La mayoría de las necesidades de los niños es un entorno cálido, positivo, seguro y estimulante que les ayude a sentirse seguros y alcanzar todo su potencial como seres humanos.

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Carolina González Pérez

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