Quisiera abrir un espacio en el que mensualmente se vaya sugiriendo la reseña de un libro distinto sobre ciencias de la educación. Comenzaré con “El aprendizaje dialógico en la sociedad de la información”; escrito por Adriana Aubert, Ainhoa Flecha, Carme García, Ramón Flecha y Sandra Racionero; publicado por Hipatia ya va por la cuarta edición (primera en 2006). En él podemos encontrar las bases sobre las que se construyó el proyecto INCUD-ED financiado por la comisión europea y reconocido como el más importante a nivel educativo.
Vemos un nuevo enfoque educativo que es posicionarse en la educación desde el diálogo del educando. Para ello se revisan las bases teóricas: Vigotski, Piaget, Freire, Rogoff, Habermass, Mead… y se discute la validez de muchas otras como puedan ser el falso Vigotski que se ha pretendido vender en España (adaptador y no transformador) o la del Ausubel que sólo se conoce aquí, puesto que no es considerado en el mundo anglosajón de donde él mismo viene por considerar que sus planteamientos abiertamente racistas no merecen la pena. Este libro por tanto es la oportunidad de refrescar nuestras bases teóricas con aquellas prácticas que se ha demostrado que tiene éxito: las actuaciones de éxito y el dialogicismo.
En base a esto se han planteado una serie de principios (7) básicos para el aprendizaje dialógico que se pueden resumir sin todo el rigor que se merecen:
- Diálogo igualitario.
Si tenemos una educación democrática y somos iguales, debemos tener voz por igual. - Inteligencia cultural.
La mochila cultural que el alumnado trae de casa debe ser respetada y usada para su formación. - Transformación social.
La educación está para mejorar la sociedad, no para reproducirla, ni para hacer que nos adaptemos a ella. - Dimensión instrumental.
Los conocimientos instrumentales son la base de la escuela para que podamos hacer que sea válida para todo el mundo. - Creación de sentido.
La educación debe tener sentido para el alumnado. - Solidaridad.
Para que sepamos vivir en sociedad necesitamos ser personas solidarias. - Igualdad de diferencias.
Si todo el mundo es diferente, debemos partir desde aquí y entender que las diferencias enriquecen la educación, y no la homogeneidad como ciertas personas han defendido.
Enoc Montalvà