¿Cómo afectan las emociones en la conducta?

En este post vamos a dar respuesta a la pregunta siguiente: ¿cómo afectan las emociones tanto biológicamente como psicológicamente en la conducta?

¿Qué son las emociones?

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que las personas tenemos ante situaciones relevantes como por ejemplo: peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito, novedad, asco, etc. Las emociones son de carácter universal, ya que se tienen las mismas emociones independientemente de la cultura de origen.

Podemos distinguir al menos dos grupos de emociones: las positivas y las negativas. Entre las negativas se encuentran: la ansiedad, el miedo, la ira, la tristeza y el asco, ya que producen reacciones básicas que se caracterizan por una experiencia afectiva desagradable y con una alta activación fisiológica. Entre las emociones positivas se encuentran:  la alegría, la sorpresa, la satisfacción. Sin embargo, hay una cierta controversia en relación con qué entendemos por emociones positivas y negativas y su verdadera naturaleza.

Por tanto, podemos entender la emoción como una experiencia multidimensional con al menos tres sistemas de respuesta: cognitivo/subjetivo, conductual/expresivo y fisiológico/adaptativo. La predominancia en cada una de las dimensiones varía en función de la emoción, la persona o la situación determinada.

¿Para qué sirven las emociones?

Todas estas emociones básicas tienen una función preparatoria para que le individuo pueda dar una respuesta correcta al ambiente, por lo que se consideran respuestas adaptativas, es decir pueden actuar como motivadores de conducta. Sin embargo, cuando existen un desajuste o hay una emoción negativa (como la tristeza) que se mantienen en el tiempo, puede dar lugar a un trastorno en su salud, tanto mental como física.

Otra forma de clasificar las emociones es atendiendo a su función:

  • Función adaptativa: preparar al organismo para ejecutar eficazmente la conducta exigida, movilizando la energía para ello y dirigiendo la conducta hacia un objetivo determinado.
  • Función social: cumplen una función muy importante en la comunicación social ya que facilitan la interacción de los individuos y promueven la conducta prosocial.
  • Función motivacional: La relación entre emoción y motivación es estrecha, ya que se trata de una experiencia presente en cualquier tipo de actividad: la dirección e intensidad. La emoción motiva la conducta, la cual se realiza de forma más vigorosa, de forma que la ejecución eficaz de la conducta necesaria en cada exigencia. Por tanto, la emoción dirige la conducta ya que facilita el acercamiento o alejamiento en cuestión.

¿Cómo afectan las emociones biológicamente en el individuo?

  • Felicidad: Aumento en actividad en el hipotálamo, septum y núcleo amigdalino. Aumento en frecuencia cardiaca, si bien la reactividad cardiovascular es menor que en otras emociones, como ira y miedo. Incremento en frecuencia respiratoria.
  • Miedo: Aceleración de la frecuencia cardiada, incremento de la
    conductancia y de las fluctuaciones de la misma.
  • Ira: Elevada actividad neuronal y muscular. Reactividad cardiovascular intensa (elevación en los índices de frecuencia cardíaca, presión sistólica y diastólica).
  • Tristeza: Actividad neurológica elevada y sostenida. Ligero aumento en frecuencia cardíaca, presión sanguínea y resistencia eléctrica de la piel.
  • Sorpresa: Patrón fisiológico característico del reflejo de orientación:
    disminución de la frecuencia cardíaca, incremento momentáneo de la actividad neuronal.
  • Asco: Aumento en reactividad gastrointestinal. Tensión muscular

Para conocer en profundidad este tema, podemos leer el libro: Mariano Chóliz (2005): Psicología de la emoción: el proceso emocional.

¿Cómo afectan las emociones en la conducta?

Desde la terapia cognitiva de Ellis, se propone el modelo ABC, en el que A se refiere a los hechos activadores mientras que B al bloque de pensamientos, creencias o evaluaciones de los pacientes y finalmente C a las consecuencias emocionales o conductuales. Dependiendo de si tenemos una u otra emoción hará que tengamos una conducta final concreta.

Pongamos un ejemplo, se da la situación que veo a un amigo y no me ha saludado. De esta situación se deriva una emoción que puede ser positiva o negativa. Si es positiva, pensaremos que no nos ha visto y, por lo tanto no le daremos importancia con lo que cuando lo volvamos a ver nuestra conducta será igual que siempre. Sin embargo, si nuestro pensamiento es negativo y, por tanto, pensamos que es un mal amigo, la siguiente vez que lo veamos ya no querremos hablar con él.

Vemos entonces, que ante una misma situación, según el pensamiento y la emoción que estaba debajo, modificaremos la conducta en función de ella.

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