¿En qué consiste el cuidado infantil de calidad? A continuación veremos las siguientes recomendaciones. Están basadas en un consenso de expertos en educación en la niñez temprana y el desarrollo infantil. Es especialmente importante para los padres conocer a los adultos que cuidarán de sus hijos. Ellos son los responsables de todos los aspectos operativos del programa.
Los cuidadores adultos.
Los adultos deben disfrutar y entender cómo crecen los bebés y los niños.
Debe haber suficientes adultos trabajando con un grupo y preocupándose de las necesidades individuales del niño. Las proporciones recomendadas en las diferentes edades son las siguientes:
Edad de los niños Ratio adultos/niños
0 a 1 año 1/3
1 a 2 años 1/5
2 a 3 años 1/6
2 a 4 años 1/8
4 a 5 años 1/10
Los cuidadores deben observar y anotar los progresos y desarrollo de los niños.
Las actividades del programa y el equipamiento.
- El entorno debe acoger el crecimiento y el desarrollo de los niños trabajando y jugando juntos.
- Un buen centro debe proporcionar un equipamiento suficiente y apropiado y materiales de juego.
- Se debe ayudar a los bebés y los niños a aumentar sus habilidades de lenguaje y expandir su comprensión del mundo.
La relación de los profesionales con las familias y la comunidad.
- Un buen programa debe considerar y apoyar las necesidades de toda la familia. Los padres deben acoger las observaciones, discutir las políticas, hacer sugerencias y trabajar en las actividades del centro.
Los profesionales en un buen centro deben tener en cuenta y contribuir a los recursos de una comunidad. Deben compartir información sobre las oportunidades recreativas y de aprendizaje con las familias.
El diseño de la instalación y el programa deben satisfacer diversas demandas de los bebés y los niños, sus familias y los profesionales.
- La salud de los niños, los profesionales y los padres debe ser protegida y promovida. Los profesionales deben estar atentos a la salud de cada niño.
- Las instalaciones deben ser seguras para niños y adultos.
- El entorno debe ser suficientemente espacioso para acoger una gran variedad de actividades y equipamiento. Más específicamente, debe medir como mínimo 3 m/2 de suelo en el interior por cada niño y 7 m/2 por niño en el exterior.