Acoso escolar

¿Qué es el acoso escolar?

acoso escolarEl acoso escolar es un comportamiento agresivo y repetitivo que se produce durante un periodo de tiempo prolongado. El objetivo es intimidar, tiranizar, aislar, amenazar, insultar, someter emocional e intelectualmente a la víctima satisfaciendo su necesidad de dominarla y controlarla.

En la mayoría de los casos hay un desequilibrio de poder entre agresor y víctima. A veces puede ser real, sin embargo a veces puede ser una percepción subjetiva de la víctima.

La víctima no sabe dónde acudir, no habla por miedo a la venganza o por vergüenza, no sabe en quién confiar, por ello es importante que el propio centro cuente con programas de actuación para estos casos. En los programas de protección se describen las medidas a tomar y cómo deben actuar tanto si son la víctima como un espectador.

Tipos de acoso escolar

  • Agresiones físicas: el objetivo es atemorizar o acobardar al niño acosado mediante bofetadas, golpes, patadas, pellizcos, empujones.
  • Agresiones verbales: el objetivo es infravalorar y atacar en la autoestima mediante: insultos, burla, menosprecio, resaltar defectos, difusión de rumores.
  • Agresiones psicológicas: el objetivo es acabar con la autoestima del niño atacando a su estado emocional y psicológico mediante la intimidación, ridiculización, amenaza, hostigamiento.
  • Exclusión social: el objetivo es bloquear socialmente a la víctima mediante la ruptura de toda comunicación social, distorsionando su imagen y manipulando al resto del grupo.

¿Qué conductas puede presentar la víctima?

Dependiendo del grado de acoso, la personalidad del  niño y el temperamento, se pueden presentar tales conductas: insomnio, pérdida de apetito, ataques de ira, mayor agresividad en la familia, rendimiento cada vez más bajo, cambio en el habla llamándose perdedor o idiota, negarse a acudir al colegio, etc.

También podemos percibir el acoso observando su ropa rota, con moratones inexplicables o un carácter más introvertido o triste que de normal. En un mayor grado pueden aparecer problemas como depresión o trastornos del ánimo a medida que crecen.

¿Cuándo empieza el acoso escolar?

Empieza el acoso escolar cuando un niño comienza a cometer alguna conducta de las anteriormente mencionadas. El uso de la agresión para resolver conflictos es una conducta aprendida y se produce a edad muy temprana. Se deben reeducar lo más pronto posible por parte de los padres y madres, pues podrían hacerse crónicas y a empeorar a medida que el niño crece.

El comportamiento agresivo se puede reemplazar por conductas alternativas positivas como empatía, compasión o reciprocidad. No hay que olvidar que los niños acosadores son personas con carencias o dificultades socioemocionales.

Prevención del acoso escolar y resolución de conflictos

Es conveniente empezar a tratar el tema de forma positiva tratando de favorecer las relaciones afectivas entre los miembros del centro. El conflicto forma parte de nuestra vida y está presente en muchas situaciones que debemos enfrentarnos. Por ejemplo, un atasco, una discusión, una opinión diferente… Por eso es fundamental que tanto las familias como los centros abordemos este tema y aprendamos a gestionar los conflictos de forma adecuada.

Una forma posible de resolución de conflictos es desarrollar los siguientes pasos:

  1. Definir adecuadamente el conflicto
  2. Establecer cuáles son los objetivos y ordenarlos según su importancia
  3. Diseñar las posibles soluciones
  4. Elegir la solución que se considere mejor
  5. Elaborar un plan para llevarla a cabo
  6. Actuar conforme a la solución elegida.
  7. Valorar los resultados y repetir todo tratando de mejorarlos.

¿Qué podemos hacer si nuestro hijo o hija sufre acoso escolar?

Debemos enseñarles a hacer frente a los signos de intimidación. Puesto que se da una relación de desigualdad, el acosador espera que nos sintamos cada vez menos valorados. Si esa relación de desigualdad desaparece y por mucho que nos diga, nos da igual, al cabo de un tiempo dejará de molestar.

También debemos enseñarles la importancia del compañerismo, la solidaridad, la ayuda mutua y a ser asertivos. Necesitan saber que es importante mantener informados a los padres y profesores de una acción de acoso para que se pueda actuar. Y que no es su culpa.

Debemos escuchar atentamente a nuestro hijo o hija, creer en lo que nos diga y no restarle importancia. Solo hablarán si están seguros al cien por cien de que van a ser escuchados y apoyados. Además, deben de saber que no van a sufrir represalias por contarlo. Que no van a ser unos «chivatos» ni un «soplón», ya que eso empeoraría la situación. Para informar se algo así se necesita mucho valor.

¿Y si la madre del niño que pega dice que es para defenderse?

Este artículo está creado para contestar las dudas generadas en el post anterior: ¿y si mi hijo pega o es pegado?

Pregunta de WordPress: Lo veo correcto, pero, ¿qué podemos hacer cuando la mamá del niño que pega, siempre dice que es para defenderse? Es un caso de un niño que pega a las/os compañeras/as si no se sale con la suya, pero para su mamá son tod@s l@s demás quienes siempre empiezan.

Pregunta de Facebook: Pero si cuando le pegan, él se defiende, porque cuando ha intentado decirle a la profesora, ella no hace nada, eso está mal?…a mi parecer no es así, está bien que se defienda, el otro tiene que ver que su mala actitud, tiene una respuesta, sino lo seguirá haciendo…o no?

Ambas cuestiones tiene un tema en común y es la DEFENSA. Si un niño te pega y tu te defiendes deberías estar pensando en parar el golpe y no devolver el golpe, pues entonces la palabra correcta es contraatacar o devolver y no defenderte. Como describimos en el artículo anterior, la respuesta violenta siempre genera más violencia.

La persona al cuidado de los niños, ya sea profesor/a, cuidador/a, debería estar atento en todo momento pero no para centrarse en los aspectos negativos de los niños, sino todo lo contrario, para fomentarles y decirles aquellas conductas que hacen bien. En caso de cometer una acción negativa o generar un conflicto, se deberá corregir en privado. Sí es cierto que si el niño ve que pegando, nadie le corrige y puede salirse con la suya, volverá a repetir esa acción. Debemos fijarnos entonces cuál es el modo de gestionar sus problemas y de qué otra manera podría resolverlos. Si estamos constantemente regañando o castigando a un niño, tampoco surgirá el cambio que queremos en su conducta.

Ahora pongámonos en la piel del profesor/a o cuidador/a. ¿Han intentado ustedes fijarse en su propio hijo y sólo reforzarles aquello que hace correctamente y además con la palabra adecuada? Para saber qué palabras utilizar pincha aquí. Esta tarea que pedimos es tremendamente difícil.

En caso de que sea la madre la que justifique el comportamiento negativo del niño es mucho peor, no solo porque no tiene corrección esa acción del niño, sino porque se le está diciendo que es algo positivo al obtener la recompensa que quería. ¿Qué podemos hacer como padres del niño que es pegado? Es muy complicado. No debemos enfrentarnos a la madre o padre, ya que como padres siempre hacemos lo que consideramos mejor para nuestros hijos. Si nos enfrentamos a ella solo conseguiremos que se cierre en banda y que se enfade.

Corregir nosotros al niño también es algo delicado ya que, si no tenemos la confianza suficiente con los padres, pueden decirte que no te metas en la educación y crianza de su hijo, pues no eres nadie para juzgarles como padres. Lo único que podemos hacer es servirles como ejemplo para que ella misma se dé cuenta de la manera de actuar.

También podemos hablar con el profesor/a, psicólogo/a, director/a del centro para que sea una persona con cierta autoridad educativa y con imparcialidad la que tenga una charla con este caso en concreto.

Hemos de tener especial cuidado porque todos cometemos errores a la hora de educar y criar a nuestros hijos, pero siempre queremos lo mejor para ellos, con lo que nuestras acciones siempre tienen la mejor de las intenciones.

 

¿Y si mi hijo/a pega o es pegado?

¿Y si mi hijo pega a otros niños o le pegan los demás compañeros?

En muchas ocasiones nos encontramos con padres y madres desesperados porque no saben qué hacer ante una situación como la que su hijo/a pegue a sus compañeros. Ya sea en el parque, en la guardería o en la escuela, un niño/a puede pegar por varios motivos, los cuales vamos a ver a continuación.

  • Se siente molesto, irritado o disgustado: El niño muy pequeño no puede expresar los sentimientos de disgusto, molestia o irritación porque no puede decir dónde le duele o por qué está triste o por qué no está conforme.
  • Alguien quiere quitarle algo que tiene o que quiere: esta es la situación más común en los ambientes que hemos citado anteriormente, y es que otro niño quiere quitarle algo (un juguete o su chupete o comida) que el niño/a quiere y por lo tanto se expresa con una palmada al otro niño/a.

¿Qué podemos hacer si nuestro hijo/a pega a los demás?

Lo primero que debemos hacer es observarlo y averiguar si se trata de la primera o de lniños agresivosa segunda opción descritas arriba. Si es la primera, debemos ayudarle a solucionar su molestia y si es la segunda debemos de parar al niño/a cogiéndole de la mano y diciéndole: «NO». No hace falta que sea gritando, simplemente debemos mostrar autoridad.

Después, debemos observarnos a nosotros mismos y nuestra manera de educar, ya que un niño/a que pega seguramente lo haya aprendido de un adulto que pega. ¿Cuándo pegamos a nuestros niños/as? Pues cuando hacen algo mal y como castigo les decimos: » te voy a dar en el culo o en las manos» o lo hacemos directamente. Hemos de actuar con el ejemplo y en ningún caso permitir pegarle ni que éste pegue a otros.

¿Qué hacer si nuestro hijo/a es el que recibe el bofetón?

  • Siempre: debemos de acudir a la persona que se encarga del niño/a en ese momento (padre, madre, abuelos, cuidadores) y explicarle lo que está sucediendo. Seguramente ponga su granito de arena para que no vuelva a ocurrir. También podemos parar la mano del otro niño/a que se estaba alzando al nuestro/a y decirle que pare antes de que llegue a pegarle, y preguntarle por qué lo hace. Si es muy pequeño/a no podrá expresarse pero al menos habremos evitado el conflicto.
  • Nunca: debemos de decirle al niño: «cariño, defiéndete y pega tú también», ya que en vez de escuelas, guarderías o un rato agradable en el parque estaremos creando una selva.

EDUCACIÓN: una respuesta violenta sólo genera más violencia.